domingo, 23 de septiembre de 2012

“Buscaré hasta la muerte a mis hijos”

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Luisa Fernanda Terrazas, junto a su marido Paco, después de la entrevista concedida a este medio./Cristóbal
Hablar de Luisa Terrazas y de su marido Paco es hacerlo de dos luchadores incansables, dos personas que llevan 30 años siguiendo pistas, investigando, preguntando, acudiendo a abogados, a jueces, en pos de conocer la verdad sobre sus hijos María Soledad y Miguel Ángel.
Luisa, vicepresidenta en Cádiz de la asociación ‘SOS Bebés Robados’ no llegó siquiera a verles las caras. En febrero de 1972 ingresó en el hospital de Jerez para dar a luz a gemelos. “Llegué, los tuve, los escuché llorar y me durmieron”, relata  esta madre coraje, que recuerda que “cuando desperté lo hice en un cuarto en donde estaban una enfermera y una monja. Lo primero que hice fue ver si tenía puesta la pulserita, y no la tenía. Me dijeron que a mis hijos se los llevaron directamente a las incubadoras, porque venían enfermos de todo”.
Esa explicación al principio fue asumida por Luisa, que en ese momento no se imaginaba lo que le esperaba. Y es que ni siquiera les dejaron ver a sus hijos. “Se supone que estaban en la incubadora, pero era la más lejana, por lo que no podía verles. De hecho, a los tres o cuatro días quise entrar en la sala para verlos y me pilló una enfermera ya con la mano en el pomo. Me acuerdo de su cara perfectamente, y si la viera no se qué haría. Me dijo: ‘Como vuelvas a intentar abrir la puerta llamo a la Policía y no ves más a tus hijos’. ¡Pero si no los había visto todavía!
Todo empezaba a ser muy extraño. “Ya lo primero que hicieron fue vendarme los pechos y ponerme una inyección para cortarme la leche materna. También me dijeron que los habían bautizado de urgencia porque estaban muy mal… Y encima seguía sin poder verlos”.
Así pasaron ocho días, hasta que les informan que la niña, Soledad, había fallecido. “Mi marido fue al hospital para verla. Yo no quise, porque pensaba que si no la había visto viva, no quería verla muerta. Aquel día iban diciendo que aquella noche habían muerto muchos niños por colitis”. Cinco días después moriría Miguel Ángel, pero aquel día no les informaron de su fallecimiento. De hecho, a los niños los enterraron sin estar Luisa ni Paco presentes y, encima, en nichos de adultos y cada uno por separado. Para más inri, años después, al querer exhumar sus cuerpos, se enteraron que seis años después de su muerte los frailes fosores habían ordenado su exhumación y su entierro en un osario general sin su permiso.
Así y todo, Luisa y Paco lo tienen claro. “Mis niños no eran aquellos. Quiero creer que siguen vivos”, señala la vicepresidenta de SOS Bebés Robados. Desde luego, la esperanza es lo último que se pierde y este matrimonio puede tener todavía muchas a la vista de las irregularidades que han ido detectando tras el paso de los años. “En su momento me dijeron que habían muerto por problemas de corazón, luego en el acta de defunción ponía que por neumonía. A mi marido le han falsificado su firma en otros documentos, mi historial ha desaparecido casi entero. Además, me dijeron que los habían bautizado de emergencia porque estaban muy mal y luego me pasan el acta en el que pone que los bautizaron a los ocho días. Pero es que en 2011 el capellán del hospital me certifica que no consta que fueran bautizados de urgencia. Son muchas cosas”.
Más datos para dudar. Sólo en 1972 ‘murieron’ en el hospital de Jerez 326 recién nacidos. “Todo esto es una trama y detrás hay negocios, amistades y favores”, señala Luisa, que explica que en 1987 un abogado le recomendó que no lucharan solos, que formara una asociación porque “detrás de todo esto estaba el clero, médicos, enfermeros, ginecólogos…”
Así han ido pasando los años, hasta que hace poco más de uno naciera en Cádiz SOS Bebés Robados que, en la actualidad, sólo en la provincia, lleva más de 300 casos de supuestos bebés robados desde la década de los 60 hasta los 90.
Los largos años de investigaciones les han servido para conocer otras familias afectadas y hacer amistades, pero también le ha servido para granjearse enemigos. “Me han llegado a amenazar para decirme que paremos esto”, indica Luisa, lo que le da a entender que “algo gordo hay detrás de todo esto”. Por ello no va a cejar en el empeño de conocer la verdad hasta el extremo de afirmar que “buscaré a mis hijos hasta la muerte”.
Nuevas declaraciones y exhumaciones
Mientras tanto, la investigación sigue su curso. Son cuatro juzgados los que llevan casos de presuntos bebés robados y de hecho el próximo mes pasarán a declarar una enfermera y una matrona, dentro del largo historial de personas que han pasado por ese trance, entre los cuales se encuentran también médicos y pediatras. Desgraciadamente para los intereses de las familias afectadas no siempre hay pruebas suficientes y ya se han archivado cinco casos.
En cuanto a las exhumaciones, el próximo 15 de octubre el cementerio de Jerez volverá a acoger una, de dos bebés de un mismo matrimonio, fallecidos presuntamente en 1971 y 1972, respectivamente.