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Hablar de Luisa Terrazas y de su
marido Paco es hacerlo de dos luchadores incansables, dos personas que
llevan 30 años siguiendo pistas, investigando, preguntando, acudiendo a
abogados, a jueces, en pos de conocer la verdad sobre sus hijos María
Soledad y Miguel Ángel.
Luisa, vicepresidenta en Cádiz de la
asociación ‘SOS Bebés Robados’ no llegó siquiera a verles las caras. En
febrero de 1972 ingresó en el hospital de Jerez para dar a luz a
gemelos. “Llegué, los tuve, los escuché llorar y me durmieron”, relata
esta madre coraje, que recuerda que “cuando desperté lo hice en un
cuarto en donde estaban una enfermera y una monja. Lo primero que hice
fue ver si tenía puesta la pulserita, y no la tenía. Me dijeron que a
mis hijos se los llevaron directamente a las incubadoras, porque venían
enfermos de todo”.
Esa explicación al principio fue asumida
por Luisa, que en ese momento no se imaginaba lo que le esperaba. Y
es que ni siquiera les dejaron ver a sus hijos. “Se supone que estaban
en la incubadora, pero era la más lejana, por lo que no podía verles. De
hecho, a los tres o cuatro días quise entrar en la sala para verlos y
me pilló una enfermera ya con la mano en el pomo. Me acuerdo de su cara
perfectamente, y si la viera no se qué haría. Me dijo: ‘Como vuelvas a
intentar abrir la puerta llamo a la Policía y no ves más a tus hijos’.
¡Pero si no los había visto todavía!
Todo empezaba a ser muy extraño. “Ya lo
primero que hicieron fue vendarme los pechos y ponerme una inyección
para cortarme la leche materna. También me dijeron que los habían
bautizado de urgencia porque estaban muy mal… Y encima seguía sin poder
verlos”.
Así pasaron ocho días, hasta que les
informan que la niña, Soledad, había fallecido. “Mi marido fue al
hospital para verla. Yo no quise, porque pensaba que si no la había
visto viva, no quería verla muerta. Aquel día iban diciendo que aquella
noche habían muerto muchos niños por colitis”. Cinco días después
moriría Miguel Ángel, pero aquel día no les informaron de su
fallecimiento. De hecho, a los niños los enterraron sin estar Luisa ni
Paco presentes y, encima, en nichos de adultos y cada uno por separado.
Para más inri, años después, al querer exhumar sus cuerpos, se enteraron
que seis años después de su muerte los frailes fosores habían ordenado
su exhumación y su entierro en un osario general sin su permiso.
Así y todo, Luisa y Paco lo tienen
claro. “Mis niños no eran aquellos. Quiero creer que siguen vivos”,
señala la vicepresidenta de SOS Bebés Robados. Desde luego, la esperanza
es lo último que se pierde y este matrimonio puede tener todavía muchas
a la vista de las irregularidades que han ido detectando tras el paso
de los años. “En su momento me dijeron que habían muerto por problemas
de corazón, luego en el acta de defunción ponía que por neumonía. A mi
marido le han falsificado su firma en otros documentos, mi historial ha
desaparecido casi entero. Además, me dijeron que los habían bautizado de
emergencia porque estaban muy mal y luego me pasan el acta en el que
pone que los bautizaron a los ocho días. Pero es que en 2011 el capellán
del hospital me certifica que no consta que fueran bautizados de
urgencia. Son muchas cosas”.
Más datos para dudar. Sólo en 1972
‘murieron’ en el hospital de Jerez 326 recién nacidos. “Todo esto es una
trama y detrás hay negocios, amistades y favores”, señala Luisa, que
explica que en 1987 un abogado le recomendó que no lucharan solos, que
formara una asociación porque “detrás de todo esto estaba el clero,
médicos, enfermeros, ginecólogos…”
Así han ido pasando los años, hasta que
hace poco más de uno naciera en Cádiz SOS Bebés Robados que, en la
actualidad, sólo en la provincia, lleva más de 300 casos de supuestos
bebés robados desde la década de los 60 hasta los 90.
Los largos años de investigaciones les
han servido para conocer otras familias afectadas y hacer amistades,
pero también le ha servido para granjearse enemigos. “Me han llegado a
amenazar para decirme que paremos esto”, indica Luisa, lo que le da a
entender que “algo gordo hay detrás de todo esto”. Por ello no va a
cejar en el empeño de conocer la verdad hasta el extremo de afirmar que
“buscaré a mis hijos hasta la muerte”.
Nuevas declaraciones y exhumaciones
Mientras tanto, la investigación sigue
su curso. Son cuatro juzgados los que llevan casos de presuntos bebés
robados y de hecho el próximo mes pasarán a declarar una enfermera y una
matrona, dentro del largo historial de personas que han pasado por ese
trance, entre los cuales se encuentran también médicos y pediatras.
Desgraciadamente para los intereses de las familias afectadas no siempre
hay pruebas suficientes y ya se han archivado cinco casos.
En cuanto a las exhumaciones, el próximo
15 de octubre el cementerio de Jerez volverá a acoger una, de dos bebés
de un mismo matrimonio, fallecidos presuntamente en 1971 y 1972,
respectivamente.