viernes, 13 de febrero de 2015

“Si tiene un poco de conciencia que diga dónde está mi hijo”


CÁDIZDIRECTO/Vanessa Perondi.- Su caso es el que más esperanzas ha despertado dentro de la asociación SOS Bebés Robados y el día de hoy ha quedado marcado en el calendario de todos. La declaración esta mañana como testigo en los juzgados de San José, Cádiz, de uno de los ginecólogos que atendió a Antonia del Castillo ha renovado mucho los ánimos del colectivo.
Ella dio a luz en el año 1988 con 15 años y en el año 1997 su familia procedió a exhumar los restos de sus familiares, en donde también se encontraba su bebé. Cuando abrieron el nicho, ni encontraron su cadáver ni la caja del pequeño. Fue entonces cuando comenzó a atar cabos, en especial, porque “en nueve años, no había dado tiempo a que se desintegrasen ni los huesos ni la caja”.
Empezó a consultar la documentación y comprobó que había gran cantidad de contradicciones. Llevó entonces su caso a la justicia que por dos veces lo cerró. En 2014, el juzgado número 4 de Cádiz lo reabrió y hoy ha llamado a declarar a uno de los ginecólogos que le atendió y que le practicó la cesárea. Precisamente de esa intervención le quedó una cicatriz que ni siquiera se corresponde con lo que describe la documentación hospitalaria: “la mía es vertical y el informe dice que es transversal”.
Pero eso es un detalle más. El hecho de que el parto tuviera lugar cerca de la década de los noventa hace que “sea uno de los mejores documentados”, explica Chary Herrera, presidenta de SOS Bebés Robados, de manera que los papeles demuestran “cambios de fecha, de cama, incubadoras diferentes, hojas de gráficas vacías y llenas…”.
El facultativo de hoy forma parte del cuadro médico formado de seis profesionales queestán pendientes de declarar como testigos: dos ginecólogos, dos matronas y dos pediatras. Resulta además que, “se repiten en otros intervecniones”, puesto que la asociación tiene registrados casos hasta el año 1992.
Herrera confía en que la declaración de hoy provoque un “efecto dominó” y que los jueces se atrevan a llamar a más médicos. Antonia le manda un mensaje: “Si tiene un poco de conciencia y es humano que diga dónde está mi hijo, que nos diga algo”.
Su hijo cumpliría este año, los 27. “Yo sigo pensando que puedo encontrarlo”.

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